Estás sentado en el sofá, relajado, después de cenar, totalmente concentrado en esa serie que te tiene atrapado. Y de repente, el protagonista saca del armario de la cocina un paquete de galletas de una marca muy conocida. Estás atento a lo que el protagonista cuenta, pero de repente, piensas: “¡Yo también comería ahora unas galletas!”. Se acabó. La próxima vez que vayas a hacer la compra te estará esperando el paquete de galletas.
Llegarás contento a casa, pensando que la próxima vez que veas la serie lo harás comiendo las galletas. Pero no solo estarás tu contento. La marca ha conseguido que recuerdes su producto sin tener que hacerte ver esos anuncios que tanto odias. A esta práctica se le llama Product Brand Placement. Consiste en la inclusión pagada por una marca en un soporte multimedia y ponerla en escenas que se relacionen con el posicionamiento de la marca. La marca aparece en los momentos en los cuales desea ser relacionado.
Una de las marcas que más utiliza esta práctica es Apple. También lo hacen Ikea, Nike o Visa, por ejemplo. El principal objetivo no es la venta directa, sino darle prestigio a la marca, para que el comprador lo tenga en mente. El nombre de la marca se graba en la mente del consumidor, sin que éste se sienta bombardeado y presionado a comprar.
Colhogar también intenta que nos acordemos de su marca. Así lo ha intentado, por lo menos, entre los compañeros de Adaki. Se ha terminado el papel del baño, y una vez más el rollo de cartón se ha quedado colgando. El nombre de la marca aparece en grande, para que el próximo que entre en el baño lo pueda ver sin problema. Pero, ¿nos acordaremos de este momento la próxima vez que vayamos a comprar papel? ¡Habrá que verlo!