Si un periodista llama a un ayuntamiento vasco y pregunta por el responsable de prensa o de comunicación, puede que el telefonista responda con un silencio o intente improvisar.
La situación que acabamos de describir es relativamente habitual.
Evidentemente, no es lo mismo hablar de un ayuntamiento de una gran ciudad o de un pueblo de 1.000 habitantes. Pero independientemente del tamaño, todos tienen y van a tener la necesidad de comunicar. Y saber comunicar.
Tal y como concluyen algunas investigaciones, muchas instituciones aún no cuentan con un mensaje claro que quieran compartir con el resto de la sociedad. Los datos son alarmantes. Hace 10 años, según insiste el investigador de la UPV Joxe Larrañaga, había municipios de cincuenta mil habitantes que no tenían en plantilla ningún profesional de la comunicación. Entre los municipios de más de diez y menos de treinta mil, muchos no veían la necesidad de contratar a ningún periodista. Lo gestionaba directamente el alcalde o el técnico de Cultura.
Han pasado 10 años, pero todavía queda mucho por hacer.
Por eso mismo, en el post de hoy nos vamos a fijar en aquellas entidades que aún no se han actualizado y no cuentan con un asesor de comunicación. O lo que es peor: no tienen un plan de comunicación ni mucho menos una estrategia de comunicación clara.
Mientras tanto, muchos ayuntamientos han empezado a hacer los deberes y tienen a una persona que se responsabiliza de las tareas de comunicación propias de una entidad tan determinante como el Ayuntamiento. El resto, por desconocimiento o por una inercia que viene de lejos, aún no ha dado el paso. Un ayuntamiento que
tenga un diagnóstico claro, conozca la percepción de la sociedad y sus aspiraciones, sabrá y podrá comunicar mejor y podrá, por tanto, mejorar su imagen.
No hablamos de limitarnos a la gestión de las redes sociales o a insertar noticias en la página web. Las tareas de comunicación deben ser más consistentes: saber interactuar con los ciudadanos, promover la comunicación interna y proyectar y comunicar una imagen dinámica y cercana.
¿Es importante disponer de una persona que lleve la comunicación? Desde Adaki creemos que sí. Nuestra experiencia con diferentes ayuntamientos a los que aportamos consultoría externa, asesoramiento, redacción de contenidos, organización de eventos y gestión de la marca corporativa, entre otras cuestiones, nos ha dado la razón.
La comunicación debe ser coherente y estratégica. Personalizada y profesional.
Realista y ambiciosa. Aunque los departamentos de comunicación empezaron a dar sus primeros pasos en los 70, hace ya casi 50 años, el mundo de la comunicación ha sufrido una gran revolución, por lo que muchas empresas
necesitan reorientar sus planteamientos.
La comunicación no es un artículo de lujo sino una necesidad. Para saber comunicar, interactuar, para conocerse mejor, para conocerles mejor.
Más allá de que el periodista que llama a nuestra empresa se sienta escuchado.