Hace falta una nueva cultura empresarial. La crisis ha removido cimientos y ha sembrado incertidumbres, haciendo tambalear cuentas de resultados, plantillas, precios y estrategias. Y cuando la crisis entra por la puerta, el sosiego salta por la ventana. ¿Cómo afrontarlo?
-Encerrándose en el despacho, como si fuera una burbuja impermeable.
-Dando la cara y haciendo partícipes a todos de la situación.
La primera opción no sirve. Cuando las cosas van viento en popa, puede que nadie pregunte nada. Pero cuando empiezan a torcerse, esquivar las preguntas contenidas provoca una úlcera empresarial grave. Los rumores son más dañinos que la peor de las reacciones ante una comunicación directa.
La Asociación de Empresarios de Gipuzkoa, Adegi, está haciendo una importante labor para intentar implantar la nueva cultura empresarial en las organizaciones con una propuesta de itinerario concreta.
Sí, con todo esto se pone a prueba la capacidad emocional de todas las personas que integran una organización. Hay que tener en cuenta que casi la mitad de las empresas del País Vasco no tienen trabajadores; otra inmensa mayoría que supera el 44% tiene entre 1 y 9 asalariados; algo más del 5% tiene entre 10 y 99 empleados; el 0,4% tiene entre 100 y 499, y solo el 0,06% cuenta con más de 500 trabajadores.
Es decir, en la mayoría de empresas puede haber una comunicación verbal fluida. Siempre lo decimos. La mejor opción es la comunicación cara a cara. Pero si esto no es posible o solo es posible en momentos puntuales y para tratar determinados temas, hay que activar canales para abrir cauces de diálogo en varias direcciones. Las opciones son varias:
-Foros, charlas, comités, reuniones…
-Circulares, revistas, manuales, carteles…
-Correo electrónico, boletín digital, intranet, chats, redes sociales…
Usar de forma eficaz los canales de comunicación es una cuestión de actitud corporativa, de generar confianza entre los miembros que componen una organización. Ahora bien, a la hora de hablar de comunicación interna, hay un perfil estándar de cliente cuya respuesta suele ser, “bien, de acuerdo con todo, pero lo haremos internamente”. A la siguiente pregunta de ¿Quién? sigue un “alguno de marketing o ventas”. Craso error. El personal de una organización sabe de la empresa, no de comunicación. A cada uno lo suyo.
Es importante un asesoramiento en comunicación para que todo vaya rodado. Hay que tener en cuenta que un cambio cultural en la organización no se logra de un día para otro.
Junto con la comunicación, la introducción y el desempeño de términos como gestión participativa, visión compartida o mejora continua son factores que pueden aportar ventaja competitiva. Funciona.