La abusiva cantidad de información a nuestro alcance convierte en una tarea titánica llamar la atención de nuestro público objetivo. Un requisito previo es que esa llamada de atención requiera un esfuerzo nulo o mínimo por parte del receptor.
Lo que está claro es que para llegar a la gente, no solo vale el mensaje. Hay que ponérselo muy pero que muy fácil. Los ojos no se detienen. Rastrean lo que tienen delante y adiós.
Por eso, cada vez es más frecuente ver que las marcas optan por publicar una webserie en youtube. Las webseries corporativas irán a más. Hoss Intropia, por ejemplo, ha lanzado “La estiLISTA”.
No solo las marcas comerciales han comprendido que si no están en internet no existen. Las instituciones tampoco quieren que se les escape el tren. La Comisión Europea ha realizado una pequeña producción para dar a conocer el programa Erasmus. En “De Erasmus con mi familia” se narran las peripecias de Tomás, un joven tímido que decide continuar sus estudios en París.
Sí, las historias entran por los ojos. Pero si no es muy bueno lo que tienes que contar, no quieras que nadie detenga la mirada. La velocidad cuenta tanto como la historia.